El coronavirus ha pegado una fuerte cornada a el mundo de los toros, tanto en la parte personal al llevarse por delante a ganaderos, toreros y aficionados, como en las distintas vertientes existentes en la fiesta de los toros. Se han suspendido la feria de la Magdalena de Castellón, la feria de fallas de Valencia, la feria de abril de Sevilla, los primeros festejos de temporada de la Plaza de toros de Las Ventas y, posiblemente, la suspensión de la feria de San Isidro 2020.
El toro, no tiene partida presupuestaria como tal en los presupuestos generales de estado, y con lo que está cayendo, -como para tenerlos-, dirían algunos. Por otro lado, anunciantes, en la mayoría relacionados con el mundo del toro, han dejado de contratar publicidad. Para apuntillar esta situación del coronavirus en el mundo taurino, la televisión, ese pellizquito ha dejado de aportar su cuota. Y como no, la taquilla, que es con lo que se sufraga la mayoría de los gastos de los festejos taurinos, ha dejado de llegar por la suspensión de los festejos taurinos.
Hay que contabilizar todas las pérdidas que el coronavirus traerá a aquellas empresas relacionadas con el mundo del toro, ganaderos, toreros y empresarios. De los festejos que se han cancelado ya, se estima en una pérdida aproximada de unos doscientos millones de euros.
Pero nadie se acuerda de los toros, y mucho menos ahora. Bueno, no todos. El líder de la formación VOX Santiago Abascal, presentó un escrito para el reembolso del dinero de los espectáculos cancelados. Además, solicitó la propuesta de condonar el 100% de las cotizaciones sociales de las empresas que haya sufrido estas cancelaciones.
- El coronavirus y las ganaderías del toro bravo
- El coronavirus y los toreros
- Empresarios taurinos y coronavirus
- Aficionados taurinos y el coronavirus
Hablar de coronavirus en la fiesta de los toros es hablar de ganaderos, toreros y novilleros (subalternos y picadores), empresarios pero también de aficionados taurinos. Vamos a tratar de contar como la pandemia de COVID-19 está azotando también al mundo del toro.
En algunos de estos directos que se están dando en las redes sociales y en la televisión de pago de Los Toros, se ha hablado sobre las consecuencias que está trayendo ya el coronavirus a las ganaderías de toros bravos.
Lo primero que se nos viene a la cabeza es qué pasa con esos toros cinqueños que no se van a poder lidiar. Algunos dicen que entorno a un 20% de los toros de las ganaderías son cinqueños. Está claro que a estas alturas de la temporada, con tres de las grandes ferias aplazadas o suspendidas, es difícil dar salida a todos los toros.
Los ganaderos más previsores, cuando vieron todo esto venir, no lo dudaron: mandaron al matadero sus toros. Y posiblemente sean los que hayan acertado. Es mejor llevar al matadero un toro en el mes de marzo que llevarlo en septiembre cuando no lo puedas lidiar. Lo primero en aquellos días de marzo se pagaba algo más por la carne, aunque ya sabemos que no se paga mucho.
De todos es sabido que el toro bravo se le engorda antes de lidiarse, en parte por las exigencias de muchas plazas. Por este motivo, muchos de los ganaderos, al prever que no podrían lidiarse muchas de las corridas de toros, se han ahorrado todo este pienso. En realidad, no se lo han ahorrado, prefieren guárdalo para los utreros, con la esperanza que los puedan lidiar al año que viene.
Victorino Martín, en uno de esos directos realizados en las redes sociales, dijo que la crianza de un toro bravo oscila entre los cuatro mil a los cinco mil euros. Una de las salidas a estos cinqueños son los festejos populares. No es la primera vez que los festejos populares sacan las castañas del fuego a algunas de las ganaderías.
En circunstancias normales, ya algunos ganaderos se aferraban a este tipo de festejos taurinos populares para hacer frente a esos toros que no se podían lidiar en la plazas, o bien porque están pasados de edad o por algún defecto en los pitones. Esperemos que estos toros cinqueños que no pueden lidiarse por el coronavirus, les cuesten más baratos a las peñas taurinas. Aunque mucho me temo que ni eso, no habrá ni festejos populares.
Pero no todos los problemas de los ganaderos de toros bravos por el coronavirus son los toros cinqueños, hay más. El no poder ver el comportamiento de los toros al no lidiarse puede ser otro de los males. Es importante ver el comportamiento de ciertas reatas y familias, tanto de toros como de novillos.
Otro de los problemas puede ser el abastecimiento de piensos o alimentación en el campo. Es verdad que el campo sigue su camino y no entiende de coronavirus, pero la mano de obra tampoco es la misma, por lo que se puede ver influenciada esta actividad, por ejemplo, al bajar la producción en algunas de la plantas de este tipo de piensos o cereales.
Las ganaderías de toros bravos no son solo toros, en ellas hay otros animales que hay que atender. Para ello se necesita mano de obra que hay que pagar ¿cómo se paga si no se dan festejos? Muchas de las familias que vivían y trabajaban en las ganaderías han sufrido ERTES en el mejor de los casos.
Muchas ganaderías de toros bravos en los últimos años habían abierto sus puertas a los aficionados. Ese turismo taurino que tantos réditos estaban trayendo a algunas casas ganaderas también han cesado. Eran muchas las asociaciones taurinas ingresaban dinero en las ganaderías, ayudando así los aficionados a sufragar ciertos gastos.
Hemos oído decir a varios ganaderos que han reducido el número de vacas, ya no por la situación actual del coronavirus, sino en previsión a la situación en la que se van a quedar después de todo esto. Es decir, la situación económica les dejará tan mermados que no podrán mantener el número de vacas que tenían antes. En una ganadería grande no es problema, pero sí es un problema grave en aquella que la consanguinidad es alta. Ya tenían problemas con el dichoso saneamiento como para encima añadirle otro más.
Pero lo que realmente preocupa a la cabaña brava son esas ganaderías “minoritarias” que son patrimonio universal del ganado bravo. Estas ganaderías ya se habían quedado muy mermadas después de la situación de crisis económica anterior. Algunas de ellas es ahora cuando estaban empezando a levantarse.
La situación en muchas de estas ganaderías de encastes no deseados por la figuras ya estaban pasado una mala situación. Ahora, tendrán que reducir aún más el número de vacas, llevar al matadero camadas enteras y tratar de rezar para que no les ataque otro mal, como es el tan temido saneamiento.
Seamos sinceros, en este tema. En el campo bravo habrá muchas corridas de toro; a más oferta y menos demanda, los precios bajaran. Habrá más toros en aquellas ganaderías que más proliferan: las ganaderías del monoencaste. Los toreros, preferirán matar las ganaderías de siempre que jugársela con toros de esas ganaderías minoritarias. Es decir, mono encaste o mono ganaderías sí o sí.
Esperemos que ganaderías como la de Galache, Ana Romero, Murube, y otras ganaderías de encaste Santa Coloma, Saltillo o Veragua, que son patrimonio genético universal, puedan mantenerse con el esfuerzo de muchos.
Algunos ganaderos se han visto obligados a aplazar los herraderos, ya que aunque sea tarde, los animales los tienen que herrar. Para realizar esta actividad siempre necesitaban ayuda de mano de obra de amigos, aficionados o familiares. Con el confinamiento, esta ayuda no llega, por lo que se han visto obligados a herrar más tarde o de poco en poco.
Los tentaderos también se han retrasado. En algunos casos, como hemos visto en algún directo en Instagram, ellos se lo guisan y ellos se lo comen. Han podido tentar a alguna becerra, haciendo ellos de picadores, subalternos y toreros. Pero no todos tienen esta facilidad.
El coronavirus está afectando también a los profesionales del toreo. La mayoría de los ingresos de los toreros se realizaban en las grandes ferias. Para otros toreros, son los pueblos donde se les brindaba la oportunidad de torear, donde las figuras no querían ir.
Algunos toreros, los primeros del escalafón, han tenido suerte, ya que venían de realizar la campaña latinoamericana. Gran capotazo la campaña latinoamericana. Aunque pensándolo bien, estos son los que menos problemas están teniendo, seguro.
La mayoría de estos toreros de primera división, tienen suficiente colchón como para tirarse toda una temporada sin torear. A parte, la mayoría sigue toreando, pues muchos tienen sus fincas donde pueden entrenar sin problema, matando alguna becerra o algún toro a puerta cerrada.
Me pregunto si Juli, Ponce, Castella, Urdiales, Manzanres y otros harán lo mismo que han hecho en el tenis. En el tenis, se han unido los tenistas del top 50 para tratar de que el resto de tenistas y personal de staff no lo pasen mal con esta situación.
Esto es otro de los problemas para los toreros o novillos, la falta de toro. Como vemos en las redes sociales, a aquellos toreros que les ha pillado en el campo, pueden salir para correr y entrenar, pero a otros les ha pillado en un piso de 60 metros cuadrados. Es difícil torear y entrenar en un piso.
La falta de toro o de torear alguna becerra también se nota. El tener la medida al animal, la distancia y la tensión es importante. Todo esto se tendrá que recuperar en pocas semanas antes de volver a la actividad normal, si es que se recupera.
Los picadores que están de mayorales en alguna ganadería pueden mantenerse, no así la situación de otros picadores o subalternos. Muchos son autónomos o asalariados de empresas, y cobran por festejo toreado. Muchos habían agotado ya la prestación del desempleo en el invierto, y estaban ya esperando el inicio de temporada para poder volver a cobrar.
La Seguridad Social para el gremio taurino cuenta a aquellos profesionales taurinos que hubiesen superado ocho actuaciones durante la temporada anterior. Como ya hemos dicho, muchos de estos toreros ya han agotado toda la presentación por desempleo durante el invierno.
Por otra parte, muchos de los profesionales del torero, habían encargado vestidos de torear, muletas, capotes y útiles de torear. Estos encargaos hay que pagarlos… o no.
Los toreros de los primeros puestos del escalafón seguirán toreando, al igual que antes o incluso más, ya que los compromisos serán menos y podrán torear en más plazas. No discriminarán si es una plaza de primera o de tercera categoría, torearán y punto. El resto de toreros se tendrán que conformar con algún festejo de pueblo, donde se lidiaran corridas de toros desechadas de otras ferias importantes.
Los grandes perjudicados serán los novilleros, ya que una corrida de toros tendrá un coste similar a la de una novillada. Los novillos, pueden dejarse para toros, ya que cuatreños y cinqueños son llevados al matadero.
En circunstancias normales, las novilladas no son un festejo por el que se apueste mucho. Como si del colegio se tratase, al igual que un alumno no puede pasar de curso si no tiene las asignaturas aprobadas (ahora creo que sí), con los novilleros puede pasar algo parecido. Será difícil tomar la alternativa sino pueden torear un número de novilladas suficientes.
Los empresarios taurinos son otro eslabón en esta cadena de despropósitos que está generando el coronavirus en el mundo taurino. La mayoría de los empresarios tenían ya las ferias hechas. Las ferias suspendidas de la Magdalena, Fallas y la feria de Abril estaban ya cerradas desde hace tiempo. Los toros comprados y los toreros contratados.
Los seguros por la suspensión de estos festejos no sabemos si cubren algo, ya que el coronavirus es una causa mayor. Las adjudicaciones de aquellas plazas de toros por parte de ayuntamientos, habrá que ver si perdonan, reducen o aplazan la cuota acordada.
Las corridas de toros compradas para las ferias están en el campo pero… ¿se pagan? ¿a qué acuerdo se han llegado con los ganaderos? Al igual que con los ganaderos, con los toreros pasa lo mismo ¿se pagan los honorarios? Suponemos que no, festejo no celebrado festejo no cobrado.
En alguna de las tertulias taurinas de estos días, lo que más se oye es que todos tendrá que poner de su parte. Supongo que los empresarios querrán ganar lo más posible para que le salga las cuentas. ¿Habrá unión?
Los empresarios a su favor tendrán cantidad de toreros dispuestos a torear por poco dinero, debido a la situación dramática en la que se encontrarán algunos de ellos. Los veedores tendrán toros en el campo para elegir, llevándose una corrida de toros por precios más bajos a los ofrecidos a principio de temporada.
Los empresarios piden unión de todos los eslabones de la cadena: empresarios, toreros, ganaderos y aficionados. El aficionado taurino pagará como siempre, ¿y el resto? Ya están diciendo que los carteles de toros han de ser lo suficientemente atractivos como para que el público vuelva a entrar a las plazas de toros. Carteles suficientemente atractivos es igual a ver torear a los de siempre, con las mismas ganaderías de siempre.
Se pone en la mesa el poder celebrar festejos taurinos en invierno. Para ello, se tiene que tirar de aquellas plazas de toros que estén cubiertas y permitan celebrar festejos. Plazas de toros cubiertas en Madrid están las de Valdemorillo, Vistalegre, Las Rozas, Leganés, Navalcarnero, Parla, Moralzarzal, etc. Hay plazas cubiertas a lo largo de la geografía española como para celebrar festejos taurinos que no se hayan podido celebrar por culpa del coronavirus.
En el último eslabón de la cadena se encuentran los aficionados taurinos. Como consecuencia del coronavirus el aficionado taurino se queda en casa. Gran parte de la fiesta de los toros la sustenta el aficionado que paga su entrada. A parte de todo, tenemos que contar el resto de ingresos que generan los toros, el turismo taurino. No solo es el festejo, los toros también son reservas de hotel, restaurantes y demás.
El aficionado taurino ahora tenemos tiempo para ver aquellas faenas grabadas en cds, en discos duros etc. Los fotógrafos taurinos han revistado las fotografías de otras temporadas, ofreciendo instantáneas que no se habían publicado y que merece la pena volver a ver.
En los tiempos que corren, las redes sociales juegan un papel fundamental en tiempos de confinamiento. Muchos aficionados están realizando tertulias en directo, principalmente en Instagram. En ocasiones, en estas tertulias, se echa de menos el que dejen a los aficionados preguntar más, pues en algunas de ellas las preguntas son siempre las mismas.
Las ganas de los aficionados permanecen intactas, pero ¿volverá la normalidad a las plaza de toros? Supongo que se ceñirá a las mismas condiciones que cualquier otro festejo cultural, sea teatro, cine, conciertos etc.
Una vez que se abran las plazas de toros después del coronavirus, tendremos que ver la distancia entre espectadores, la no masificación de gente dentro y fuera de las plazas de toros, los reconocimientos taurinos, etc.
Los aficionados a los festejos populares también se están viendo afectados por el coronavirus, ya que todas las fiestas de los pueblos han sido suspendidas, otras aplazadas. Muchos de los encierros y capeas servían al aficionado para coger toro de cara a la cita más importante en cuanto al festejo popular se refiere: San Fermín 2020. ¿Habrá feria de San Fermín 2020?
Es de agradecer a todos aquellos aficionados que realizan estas tertulias y que hacen estos tiempos de coronavirus más llevaderos. Gracias también a los ganaderos que se ofrecen a las tertulias, a pesar de los problemas de cobertura en el mundo rural. Gracias también a ciertos toreros, que no son muchos los que se bajan del pedestal y cuentan sus anécdotas y recuerdos a los aficionados taurinos.